La Amazonía colombiana tiene el potencial de convertirse en un referente a nivel mundial, en la implementación de la economía circular y la generación de desarrollo sostenible a través de la captura y comercialización de bonos de carbono.

Colombia está experimentando un avance tangible hacia la economía circular, impulsando un paradigma de cambio hacia un modelo productivo más sostenible y responsable. El modelo de economía circular surge como una alternativa viable para el desarrollo sostenible en Colombia, especialmente en regiones con alto potencial ambiental como la Amazonía colombiana. Este modelo propone un cambio de paradigma, pasando de un enfoque lineal de «extraer, usar y desechar» a uno cíclico donde los recursos se valorizan y reutilizan al máximo, minimizando el impacto ambiental y generando nuevas oportunidades económicas.

En 2021, se implementaron prácticas agrícolas sostenibles en más de 2 millones de hectáreas, lo que representa un 15% del área agrícola total del país. Estas prácticas, que incluyen la agroecología, la agricultura de precisión y la agricultura orgánica, contribuyen a reducir el uso de recursos en un 20%, generando 3 millones de toneladas de residuos orgánicos que pueden ser reutilizados y mejorar la salud del suelo en un 12%.

En 2022, se registraron 500 nuevas empresas ecoindustriales, generando más de 10.000 empleos verdes. Estas empresas implementan procesos de producción más eficientes, reduciendo su huella de carbono en un 15% y minimizando la generación de residuos en un 30%.

Ese mismo año, Colombia recibió más de 2 millones de turistas bajo la categoría de turismo sostenible, generando ingresos por más de $2 billones de pesos. Este tipo de turismo minimiza su impacto ambiental en un 35%, protegiendo la biodiversidad y generando beneficios para las comunidades locales.

En 2023, el 70% de los municipios colombianos cuentan con sistemas de separación en la fuente, y se reciclan más de 1 millón de toneladas de residuos al año. El reciclaje de materiales como plástico, papel, cartón, vidrio y metal reduce la cantidad de residuos que van a parar a los vertederos en un 50%.

Estos avances demuestran el compromiso de Colombia con la economía circular, generando beneficios económicos, sociales y ambientales para el país. La implementación de políticas públicas adecuadas, el apoyo a iniciativas empresariales responsables y la participación activa de la sociedad civil son claves para consolidar este modelo y construir un futuro más sostenible para todos.

Mercado de carbono en Colombia

La Amazonía colombiana, el pulmón verde de incalculable valor, se presenta en este contexto  como un escenario ideal para implementar la economía circular y generar desarrollo sostenible a través de la captura y comercialización de bonos de carbono. Con una extensión de más de 40 millones de hectáreas, equivalente al 40% del territorio nacional, la región alberga una riqueza natural sin igual, incluyendo bosques exuberantes, ríos caudalosos y una biodiversidad única en el mundo.

La capacidad de almacenamiento de CO2 de la Amazonía colombiana es significativa debido a su extensa cobertura forestal. Según WWF, los bosques amazónicos pueden retener entre 90.000 a 140.000 millones de toneladas métricas de carbono. Si consideramos que cada tonelada métrica de carbono equivale aproximadamente a 3,67 toneladas de dióxido de carbono (debido a la masa molecular del CO2), entonces la Amazonía colombiana podría almacenar entre 330 mil a 513 mil millones de toneladas de CO2.:

Con la implementación de prácticas sostenibles de manejo forestal, la región podría capturar hasta 1.000 millones de toneladas de CO2 adicionales por año, y teniendo en cuenta que el precio promedio de un bono de carbono en el mercado internacional oscila entre USD 20 y USD 30 por tonelada, representaría una venta de bonos de carbono cercanos a los USD 25.000 millones en ingresos anuales para la región, impulsando el desarrollo económico local sin precedentes y generando nuevas oportunidades para las comunidades indígenas y campesinas.

Un Enfoque Integral:

Se requieren políticas públicas que promuevan la conservación de los bosques, incentiven la inversión en proyectos de captura de carbono y garanticen la distribución equitativa de los beneficios. Igualmente, el sector privado juega un papel crucial en la inversión y desarrollo de proyectos de bonos de carbono, asegurando su viabilidad económica y ambiental. Por su parte, la participación activa de las comunidades locales, pueblos indígenas y organizaciones civiles es fundamental para garantizar la transparencia, equidad y sostenibilidad de los proyectos.

Pero debemos ir más allá de lo económico; en la conservación ambiental, la implementación de prácticas sostenibles de manejo forestal contribuye a proteger la biodiversidad, la regulación del clima y la conservación de los servicios ecosistémicos de la Amazonía. En el campo del bienestar social los ingresos generados por la venta de bonos de carbono podrían ser destinados a mejorar la calidad de vida de las comunidades locales, financiando proyectos en educación, salud, infraestructura y desarrollo comunitario.

Es hora de unir esfuerzos para aprovechar el inmenso potencial de la Amazonía colombiana en la captura y comercialización de bonos de carbono. Con un enfoque integral que involucre a todos los actores, podemos convertir este tesoro natural en un motor de desarrollo sostenible, generando bienestar para las comunidades locales y protegiendo este patrimonio natural para las generaciones futuras.